Gracias a los avances de la medicina, la calidad de vida de la gente mejora y la edad promedio de la población aumenta. Sin embargo, este progreso obliga a la sociedad a ocuparse del cuidado de un gran número de adultos mayores que, al vivir más años, se ven expuestos a una gran cantidad de posibles causas de discapacidad.
Esto es así ya que –el paso del tiempo, la degradación física, sumada a malos hábitos de vida y enfermedades– se dificultan las actividades cotidianas, resultando en pérdida de autonomía física, independencia y hasta abandono familiar.
Para reducir riesgos, resulta fundamental evaluar de forma funcional-global al adulto mayor. Estos chequeos consideran desde el lado médico al estado físico y mental; mientras que desde lo social se evalúa al ambiente familiar, relacional y económico.
Estas son algunas situaciones relacionadas a la discapacidad en adultos mayores que se pueden presentar:
- Golpes involuntarios y caídas: provocan incapacidad para caminar y desenvolverse por si mismos.
- Deterioro cognitivo: puede derivar en comportamientos erráticos y peligrosos.
- Enfermedades crónicas: aumentan a medida que avanza la edad y pueden causar discapacidad.
- Pérdida de autonomía económica: esto genera dependencia y en los peores escenarios abandono.
En este sentido, la discapacidades están muy relacionadas con la edad: hay más discapacidad en la edad adulta y mucha más en la adulta mayor.
Algunas de las principales discapacidades identificadas en los adultos mayores son pérdida de la visión, pérdida de la audición, afecciones en miembros y extremidades, y problemas neurológicos.
Es fundamental no perder de vista que el riesgo de adquirir una discapacidad aumenta con los años. Prevenir las condiciones de salud asociadas con la discapacidad en adultos mayores se ha vuelto una cuestión de desarrollo y de salud.