La pandemia del COVID-19 generó problemas en temas relacionados con la atención de la salud en todo el mundo, y nuestro país no es la excepción. Durante los últimos dos años, el acto de donar sangre disminuyó sensiblemente a causa de los temores lógicos de la población para acercarse a los centros de salud sin un motivo directo de atención al paciente.
Además de este factor, normalmente entre diciembre y marzo de todos los años, la concurrencia para la donación sangre suele bajar en un 25%, presentándose de este modo un escenario muy preocupante para que los bancos de sangre puedan abastecerse.
Desde InSitu alentamos a retomar esta práctica tan noble y necesaria, animándolos a que se acerquen a los centros habilitados para tal fin.