En memoria a la última gran epidemia que se dió como fecha de inicio el 27 de enero de 1871 con tres casos identificados en la ciudad de Buenos Aires. Esta epidemia trajo aparejada la muerte de aproximadamente el 8% de su población.
La falta de agua potable, la contaminación de las napas por desechos humanos, el clima cálido y húmedo en el verano, el hacinamiento y la ausencia de medidas sanitarias, fueron algunas de las principales causas de la propagación de esta enfermedad transmitida por el mosquito.
A partir de este acontecimiento se empezaron a realizar obras de modernización en la ciudad para el desecho mediante cloacas, potabilización del agua y recolección de residuos, que anteriormente se los arrojaba en las zanjas y riachos.